El Sistema Nervioso Vegetativo está formado por una red nerviosa que interconecta todo el organismo, desde los lugares más cercanos a los más lejanos, así como también conecta con el Sistema Nervioso Central. El 90% del sistema nervioso vegetativo está a nivel cutáneo y el resto se encuentra en ganglios profundos.
Una explicación sencilla: Imagina que el sistema nervioso vegetativo es una gran autopista con muchos carriles que van en distintas direcciones. Los ganglios profundos serían los peajes, es decir, los centros que organizan la dirección que tienen que tomar los coches para llegar a su lugar. Si las vías están libres los coches circulan con total normalidad, pero si existe un obstáculo en la vía y, por ejemplo, se cortan varios carriles, se producen los atascos. Entonces los coches quedan retenidos, y algunos optan por un camino alternativo para llegar a su lugar.
Este ejemplo hace comprender que cuando se tiene una alteración en cualquier parte del cuerpo, debido a la unidad funcional integradora, pueden provocarse alteraciones en otros lugares aunque estén alejados, una alteración no siempre inmediata, sino que a veces puede aparecer tiempo después.