Al igual que el procedimiento anterior, la rinomodelación con hilos tensores se lleva a cabo en la clínica con la aplicación de anestesia local. En este caso se insertan unos hilos de pequeño diámetro formados por polidioxanona, un material con base de carbono que puede ser absorbido por el organismo.
Mediante la aplicación de estos hilos se consigue levantar la punta de la nariz y obligar a la piel a generar sus propios soportes naturales. A pesar de ser un tratamiento completamente reversibles, los resultados son inmediatos y pueden durar hasta dos años.