Cuando nos proponemos hacer algo de antemano, es más probable que lo hagamos.
Tener una idea clara de cómo hacer algo puede permitirte ser más eficaz, en lugar de lo que ocurre si tienes una vaga idea de lo que quieres hacer. Es importante decidir con antelación los acontecimientos o situaciones aproximadas sobre qué y cuánto vas a comer o beber durante las fiestas Navideñas.
Puedes optar por llevarte tus propios tentempiés saludables a la oficina o decidir a cuántos chocolates, pasteles o galletas te limitarás a comer en el día. Si tiendes a disfrutar de segundas raciones en las comidas, planifica de antemano que solo te comas una ración, especialmente si sabes por experiencia que tiendes a saturarte cuando comes una segunda ración y quizás no la disfrutes tanto como la primera.
Decide una estrategia para tratar las sobras de las comidas como, por ejemplo, congelarlas o convertirlas en una comida práctica para el día siguiente. Si sales a comer a un restaurante durante las Navidades, planifica con anterioridad que no te vas a saturar con la comida y que, si vas a optar por tres platos, asegúrate de que al menos uno de ellos sea una opción más ligera y saludable.
También es necesario considerar la posibilidad de evitar las comidas altas en grasas como los fritos o salsas cremosas o con queso.