Antes de aplicarte cualquier producto en el rostro, es muy recomendable que visites a un experto en el tema. Y es que, por ejemplo, podrías estar confundiendo tu piel seca con una piel deshidratada, o con otros problemas similares.
En el caso de la piel seca, esta se refiere a un tipo de dermis con causa genética, mientras que la piel deshidratada se refiere a una condición puntual de la misma. La piel seca carece de grasa como resultado de la genética, y suele tener un aspecto escamoso y áspero. La piel deshidratada, por el contrario, tiene una escasez puntual de agua, puede aparecer después de consumir alcohol o cafeína y tiene un aspecto apagado y tirante.
Si no tienes grasa en la piel es probable que tengas la piel seca de forma natural. Además, si experimentas descamación e irritación, puedes estar aún más segura del diagnóstico. Por el contrario, si experimentas tirantez o un cutis apagado, o si has bebido alcohol es probable que solamente tengas la piel deshidratada.
De todas maneras detectar la diferencia entre ambas condiciones puede ser complicado desde casa. Por eso es importante realizarte un test para conocer verdaderamente lo que le pasa a tu piel y empezar a aplicar los productos correctos que te ayuden de verdad.
En la Clínica Dra. Rigo te ayudamos a detectar tus problemas y a saber cómo puedes solucionarlos de forma sencilla. Ponte en contacto con nosotros y estudiaremos cuál es el mejor plan para ti.